imágenes del montaje de la pieza
La pieza de instalación multimedia Whisky Comic sensa los rostros de los usuarios presentes, y busca textos en Internet, para ir construyendo un discurso interactivo con estética cómic. El resultado va proyectándose sobre una pared que está en frente del espacio a sensar.
La confección de las historietas se separa en capítulos que los mismos interactores casuales van realizando en el espacio sensible: frente a la proyección del mural comic.
La primera reacción del interactor es la de jugar con lo que la pieza va generando, a partir de la captura de sus cuerpos. Fotos con estética cómic con globos que dicen cosas. El conflicto empieza a suceder cuando los interactores no están de acuerdo con los que dicen los globos que salen de sus propias cabezas.
¿Y qué dicen los globos? Pueden decir varias cosas, pero principalmente títulos políticos y económicos de periódicos divergentes, que la pieza va buscando continuamente en Internet. Entonces, es donde el interactor puede alejarse de ser una mera pieza de la interfaz tecnológica para que la obra suceda, e intentar boicotear el sistema. Evitar que los globos con pensamientos ajenos los atrapen y usen.
Aquí surge de lleno la idea del INTERACTOR CONSCIENTE y la influencia del videojuego: La manera de hackear a Whisky Comic es la de localizar alguna de las cámaras que lo están filmando y acercarse lo más posible. Esta simple acción genera rostros demasiado grandes en las viñetas, haciendo imposible que los globos con textos puedan aparecer. En cambio, aparecen globos-explosivos con imágenes de bombas, palabras alusivas al hecho, como: BOICOT! NO! SHHHHH!, etc.
imagen demo de globos-explosivos
Hacia el final del capitulo del comic. En la última viñeta, se muestra el SCORE de todo esto. A partir de un globo de texto final se hace un conteo de las veces que los interactores casuales pudieron “mentir” al sistema, y así no ser manipulados.